Este mes, queremos sumergirnos en un tema que seguramente os resuene: la mente inquieta y el desafío de la meditación.

¿Cuántas veces has escuchado o incluso dicho esa famosa frase: «Es que yo no puedo parar la cabeza»? Es como si nuestra mente tuviera su propia agenda, sus propios pensamientos y nos arrastrara en todas direcciones, ¿verdad? Pero, ¿sabes qué? Eso es completamente normal. La mente es como un mono saltando de rama en rama, siempre en movimiento, siempre activa.

Cuando nos adentramos en la práctica del yoga y, más específicamente, de la meditación, comenzamos a ser testigos de este bullicio mental de una manera más íntima. Nos sentamos en nuestra esterilla, cerramos los ojos, intentamos enfocarnos en la respiración y, de repente, ¡la mente se desata! Pensamientos, preocupaciones, listas de tareas por hacer, recuerdos del pasado, planes para el futuro… todo parece venir a nuestra mente de forma caótica.

Pero aquí está el secreto: el objetivo de la meditación no es detener esos pensamientos. La meditación no consiste en apagar la mente como si fuera un interruptor de luz. Más bien, se trata de observar esos pensamientos, de ser conscientes de ellos sin apegarnos a ninguno en particular.

Imagina que estás sentado junto a un río, y cada pensamiento es como una hoja que flota en la corriente. Puedes observar cada hoja a medida que pasa, pero no necesitas atraparlas ni aferrarte a ninguna. De la misma manera, en la meditación, puedes observar tus pensamientos pasar sin dejar que te arrastren con ellos.

Con la práctica constante, gradualmente desarrollamos una mayor claridad mental y una mayor capacidad para permanecer en el momento presente. Aprendemos a dejar de identificarnos con nuestros pensamientos y emociones, y en su lugar, simplemente ser testigos de ellos.

Entonces, la próxima vez que te encuentres diciendo: «No puedo parar la cabeza», recuerda que no se trata de detener la mente, sino de cambiar nuestra relación con ella. La meditación nos enseña a encontrar la calma en medio del caos, la quietud en medio del movimiento.

En Yoga Ashram, te invitamos a incorporar la meditación como parte integral de tu práctica de yoga. No se trata de lograr la perfección o de alcanzar algún estado trascendental. Se trata simplemente de estar presente, de ser consciente y de cultivar un espacio de paz interior en medio del ajetreo y el bullicio de la vida cotidiana.

Así que siéntate, cierra los ojos y respira. Deja que tus pensamientos fluyan como hojas en un río, y recuerda que en el silencio de la meditación, encontrarás la verdadera esencia de tu ser.

¡Namaste! 🧘‍♂️🧘‍♀️